martes, 23 de junio de 2015

Era ineludible que así sucediera.

Llevamos tantos años compartiendo la vida juntos, Boro y yo, que cada vez que por simple ocurrencia miro hacia atrás y contemplo (en mi imaginación) todo lo que hemos atravesado, todo lo que nos ha tocado vivir estando siempre unidos e inseparablemente juntos, siento que es increíble que un ser como Él pueda significar tanto en la simple vida de otro ser como yo. Y ésto sirve para cualquier caso de animal y ser humano que logran vincularse y caminar juntos toda la vida que se les permita.
Es inconmensurable el amor que siento por Toto y el que sé que Él siente por mí. Y no es que sea una cosa única y absoluta que invalide los demás afectos, esto de vivir junto a un perro, pero de una forma u otra prevalece porque ESTAR SIEMPRE no tiene comparación con nada ni con nadie más que con quienes "se están", como digo, siempre el uno para el otro.
Por eso es que Boro es mi Familia, la que he elegido, esa que sí se elige y que yo me siento con la fortuna de haber hecho uso de esa elección, valga la redundancia.
¿Qué haríamos Él y yo si no nos hubiéramos encontrado para compartir no se cuantos años que nos regale la vida? ¿Qué hubiera sido de mí si hubiera postergado esa decisión de ir a buscar un perrito en ese momento específico de mi vida? ¿Qué hubiera sido de Él si en lugar de irse conmigo se hubiera ido con una señora que se llevaba al hermanito a una casa de Becar
Todos interrogantes que no tienen respuesta porque no se han dado jamás, salvo en el párrafo anterior cuando yo los convertí en preguntas; o mejor dicho que sí tienen una única respuesta y que es QUE NO HUBIERA SIDO NADA, PORQUE BORO HABÍA LLEGADO A ESTE MUNDO UN 7 DE FEBRERO DE 2008 PARA ENCONTRARSE CONMIGO Y PARA NADA MÁS QUE ESO. ♥
La vida nos juntó, nos unió. Era ineludible que así sucediera.