miércoles, 31 de julio de 2013

Feliz de ir al parque.

Él y yo.
Felices los dos.
Porque tengamos en cuenta
que de no ser así
y de representar
una desventura o algo triste,
ir a la plaza o al parque,
dejaríamos de hacerlo;
definitivamente.
Todo en nuestro vínculo,
y aquello
que se desprende de él,
es para Felicidad
y sólo para Felicidad.

lunes, 29 de julio de 2013

Lo quiero y lo estoy cuidando.

Yo lo quiero y lo cuido siempre, en todo momento. Cuando requiere de una supervisión más contundente estando en la plaza por ejemplo, así como cuando estando en casa se tira a dormir y a descansar.
Siempre le hago sentir que me tiene ahí, a su lado, y de esta forma sé que Él descansa en el real sentido de la palabra, abandonándose a mi protección, haga lo que haga.
Después de todo para esto lo he acercado a mi vida y lo invité, sin tener en ese momento de nuestro primer encuentro muy en cuenta su opinión, a compartirla juntos; para acompañarnos y crear un vínculo de máxima claridad y buena energía. Y el tiempo me ha dado sobradas muestras de que Él se dejó invitar porque presentía que le esperaba una vida colmada de amor, cuidados y felicidad a mi lado.
Yo lo quiero y lo cuido siempre, sí, continuamente.

domingo, 28 de julio de 2013

En definitiva ese es el punto y Boro y yo lo sabemos muy bien.

Boro y yo hemos creado un vínculo hermoso, algo así como una fusión de amor y admiración que redunda en necesitarse mutuamente y en aportar a la otra parte, lo esencial que cada una necesita para vivir en este momento de su vida.
Boro vino a mi vida a complementar esa soledad que va más allá de que yo esté o no realmente solo en lo que a rodearse de personas humanas respecta. Él vino a acompañarme en mi ser interior, ese que requería de una caricia constante para encontrar esa emoción verdadera, a flor de piel, que surge de compartir simplicidad y pureza sin otro fin que el de ser feliz.
Boro es ese bálsamo que mi vida supo encontrar y al cual yo me aferro cada día, a sabiendas de que éste es el tiempo para disfrutar y para ser feliz, tanto Él como yo.
Boro seguramente encontró en mí una forma de vida que ahora no concibe sin mi presencia y a la cual se ha adaptado, aportando también mucho de su parte, para dar forma final a sus días y a mis días; y en fin, a nuestra vida juntos.
Boro es un milagros de cuatro patas, de la especie animal; de esos que se dan todos los días y que sólo hay que saber encontrar ya que pasan todo el tiempo, constantemente, a nuestro lado, aunque no muchos lo vean.
Boro y Yo somos Felices. Absolutamente Felices. Y ese es en definitiva el mejor y gran Milagro que se puede esperar de la vida.
GRACIAS BORO, COMO TANTAS VECES TE HE DICHO. GRACIAS.

viernes, 19 de julio de 2013

Las luces de mi ciudad.

Una de las fotos que nos tomamos al regresar a la CABA, luego de 4 días de estar fuera de ella, hace ya un tiempo a esta altura; porque extraño mi ciudad cuando estoy lejos y asumo que a mi Toto le pasa lo mismo, ya que ambos disfrutamos de andar caminando por gran parte de esta hermosa y encantadora Buenos Aires que no tiene nada que envidiarle a ninguna otra ciudad.

miércoles, 17 de julio de 2013

lunes, 15 de julio de 2013

Siempre los dos.

Pueden pasarnos muchas cosas y podemos tener la fortuna de vivir muchos momentos increíbles y entrañables, junto a personas que valoramos y amamos; pero siempre va a llegar el momento en el que, como siempre, estemos acompañándonos sólo Él y yo, y nadie más que nosotros dos. Compartiendo, Boro y yo, nuestra vida, inseparablemente unidos.
Repito, SIEMPRE LOS DOS.

viernes, 5 de julio de 2013

Siempre es momento.

Boro es tan bueno y sociable con personas y animales de cualquier especie que puede estar compartiendo un mismo espacio con todos los seres vivos que quieran acercarse a Él o estar cerca del lugar por el que se encuentra.
Nunca, pero nunca, NUNCA, va a iniciar una pelea, tratar de intimidad a otro congénere o ser motivo inicial de un mal momento (léase momento agresivo) entre otros animales y Él.
Es así que siempre mueve la cola cuando de olerse y comenzar a interactuar con otro perro se trata, y salvo que perciba una agresión inminente en el otro (momento en el que no mueve la cola y me doy cuenta que es una mezcla de miedo y expectación lo que exterioriza) Boro siempre se verá feliz y presto a divertirse y pasarlo bien, acompañado o solito.
Por eso, en el momento de esta foto se le acercó un perro de la raza Beagle y Él ahí permaneció, amistosamente, saludando a su nuevo casual amigo y permitiendo que éste haga lo mismo; en su lenguaje claro, de olerse y estudiarse en ese descubrimiento inicial que se genera entre todos los perros cuando se encuentran.
Boro es algo fabuloso en su carácter y es por esto, además de por otra infinidad de cosas, que lo adoro y me siento feliz de compartir mis días con Él.
Lo amo. Estoy orgulloso de mi perro.

jueves, 4 de julio de 2013

Afortunados y Elegidos.

Boro, el perro que es el único protagonista de este blog en el que yo vendría a ser el puente secundario entre su vida y todos los que se interesan en conocer y apreciar algo de ella a través de las múltiples facetas en las que la comparto en este mismo sitio, tiene en su ser los más bellos rasgos e instintos de bondad que día a día sigo descubriendo y que me emocionan al saber que en parte de esa manera de ser algo debe contar el trato recibido y el vínculo generado entre Él y yo.
Todo en la vida -dicen algunos- es una serie de sucesos que se van desencadenando para determinar "algo" en determinado tiempo y lugar. Yo creo que, ateniéndome a este criterio, el confluir en un momento exacto de los caminos de un perrito recién nacido -de unos 50 días aproximadamente- y una persona que buscaba la compañía de un ser de esta especie ha sido producto de la magia y de la buena estrella que cada uno, hombre y animal, tiene en su destino esperando activarse para otorgar lo mejor de lo mejor a quien corresponda.
Es así que cada tanto viene a mi la sensación de que justo nos encontramos Boro y yo, y no fue otro perrito el que me invito a mirarlo y a mimarlo para ya nunca más dejar de amarlo y cuidarlo, porque así debía ser. Los dos nos merecíamos. Definitivamente.
La verdad que sí, debía estar escrito en alguna página de la vida que debíamos hallarnos y que era indefectible que yo postergara ese deseo que me acompañaba desde hacía tiempo para llevarlo a cabo en el momento preciso en el que pudiera descubrir a Boro, encontrarlo, y elegirlo (dejándome elegir por Él en realidad), ubicado en un lugar tan distante a mi casa, y después de tanto averiguar y haber visto, buscando y moviéndome para ver que salía de esta búsqueda.
Y sí, reitero, era así; debíamos encontrarnos ese perrito que pasaría a llamarse Boro y esa persona que lo imaginaba y esperaba, o sea, yo. Y era "ese", o mejor dicho "este", el que ven y que acompaña mis días, el que tenía que aparecer ante los ojos de mi corazón. Él y ningún otro. No hay otra.
Por eso, en el redescubrimiento continuo de todas estas cosas es que me sorprendo gratamente una y otra vez, late mi corazón, y se expande mi pecho de emoción en esta interminable dicha y felicidad de sabernos tan afortunados y elegidos, mi Boro y yo, en esta vida.

miércoles, 3 de julio de 2013

La Familia de Boro.

Boro, obviamente que no está solo en la vida.
Me tiene a mi en primer lugar y tiene una pequeña Familia
que siempre lo va a cuidar y va a estar junto a Él para todo lo que necesite.
Siempre. Y Él lo sabe.
Pero de todos modos, me tiene a mi, fijo e incondicional. Y eso también lo sabe.

martes, 2 de julio de 2013

Siempre amigable.

Boro haciendo sociales por Mar del Plata
el fin de semana largo por el feriado del 20 de junio.
A esta altura no es ninguna novedad el hecho de que Boro va siempre en pos de relacionarse con todo el mundo -humano y animal- que se le acerque y/o se le cruce en su camino.
Él no concibe la vida sin la buena onda y la mejor energía de estar irradiando amor y dulzura para todos aquellos que se le acerquen.
Es un dulce y simpático perro que va siempre muy animosamente tras mis pasos -y por delante de éstos también- siendo simplemente un ser adorable y extremadamente bello por dentro y por fuera.
Prueba de todo lo que digo es que estando junto a quienes estemos con Él en determinados momentos, ésto no le impide dejarnos un rato para ir a entablar una mini relación afectiva con quienes lo miren o lo llamen en cualquier sitio y momento.
Y sí, es así, y yo ya entendí que Él no es mío, es decir, comparte su hermosa vida junto a mi, sí, eso está claro, pero una vez que andamos por la calle, por la vida, Boro es un poco de todos los que lo ven y al descubrir su forma de ser y su prestancia y buena intención para relacionarse no pueden dejar de quererlo, así sea sólo por la fracción de tiempo que quizás dure la que sea su única vinculación con este tierno, comprador y bondadoso animal que es mi bonito Toto.