lunes, 29 de julio de 2013

Lo quiero y lo estoy cuidando.

Yo lo quiero y lo cuido siempre, en todo momento. Cuando requiere de una supervisión más contundente estando en la plaza por ejemplo, así como cuando estando en casa se tira a dormir y a descansar.
Siempre le hago sentir que me tiene ahí, a su lado, y de esta forma sé que Él descansa en el real sentido de la palabra, abandonándose a mi protección, haga lo que haga.
Después de todo para esto lo he acercado a mi vida y lo invité, sin tener en ese momento de nuestro primer encuentro muy en cuenta su opinión, a compartirla juntos; para acompañarnos y crear un vínculo de máxima claridad y buena energía. Y el tiempo me ha dado sobradas muestras de que Él se dejó invitar porque presentía que le esperaba una vida colmada de amor, cuidados y felicidad a mi lado.
Yo lo quiero y lo cuido siempre, sí, continuamente.

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