martes, 30 de abril de 2013

Momento de descanso.

No todo en la plaza es para Boro andar corriendo, jugando u oliendo por ahí.
A veces, como en el momento de esta foto, la plaza también significa para Él, al igual que para mi que lo acompaño y lo espero sentado en algún banco mientras dure su estadía en ella, un tiempo de descanso y observación pacífica y tranquila del entorno que el ambiente natural nos ofrece.

lunes, 29 de abril de 2013

¿DíA DEL ANIMAL? Igualmente en vos, a todos los demás. ♥

No debe haber un día para recordar de manera exagerada, permitiéndonos olvidar entonces el resto del año, lo que sólo una vez en el calendario anual se celebra y se pone en valor.
Por eso yo no adhiero a eso de las fechas de celebraciones de tal o cual día como lo he expresado en una entrada de mi otro blog.
Pero en este caso no voy a dejar pasar esta fecha por alto para saludar y celebrar en mi Boro a todos los demás animales no humanos y dejar plasmado mi amor y admiración por estos seres tan puros, nobles y buenos que vienen a ser como nuestros angelitos de la humanidad.


BORO, MI TOTO AMADO, HOY Y SIEMPRE LO MEJOR PARA VOS Y PARA TODO EL RESTO DE LOS ANIMALES QUE ANDAN POR EL MUNDO. ♥

Pequeños guiños que sólo nosotros conocemos.

Si yo acompaño tanto a Boro en muchos momentos y de muy buena gana en diversas cosas que hace o que sencillamente hacemos los dos a lo largo de cada día, también cada tanto -como puede verse en esta foto- me quedo a su lado mientras come.
Él come sin necesidad de tenerme ahí cerca suyo, por supuesto, pero resulta que cuando me quedo allí parado y comienza a comer, si me voy a algún otro lugar de la casa, entonces en ese caso sí deja de hacerlo y campanea buscando con la mirada a ver por donde ando, para seguir comiendo cuando me ve llegar a su lado nuevamente. Si después de unos instantes no aparezco en la cocina (sitio del departamento donde come) pero me ve, de todos modos sigue comiendo, aunque sé que prefiere, porque lo demuestra continuando raudamente con su ingesta, que yo vuelva a aproximarme a Él.
En fin, costumbres de Boro, y a esta altura, costumbres mías también. Costumbres de nuestro vínculo y pequeños guiños que sólo nosotros dos conocemos. Es decir, sólo nosotros, y ahora ustedes también.

domingo, 28 de abril de 2013

Si era esto, no tengo palabras...

Cuando mi Toto llegó a casa en más de una oportunidad y producto de mi inexperiencia de tener un perrito viviendo conmigo solo en mi casa y ya no en la de mi familia donde si tuve otras perritas (siempre hembras salvo por el adorable Brandon) pero de las cuales a pesar de ser yo también "su dueño" en teoría y "entre comillas" siempre terminaban ocupándose de ellas mi mamá, mi abuela o alguien de la familia y no yo precisamente.
Bueno, ahora con Boro todo es diferente y lo fue desde el comienzo ya que, como decía, hubo un tiempo en el que pensaba que nunca llegaríamos a entendernos y a cruzar realmente nuestros caminos porque Él era tan pequeñito e indomable a mis órdenes y mandatos por un lado, y tan desapegado y solitario cuando estábamos juntos por el otro, que me aterrorizaba (real) pensar que nunca podría llevar junto a Él una vida como la que quería y que imaginaba de una persona con su compañero de vida animal.
Y sí, era yo un novato en el tema, se nota, y quería resultados inmediatos sin saber que era cuestión de tiempo, de repetición, y fundamentalmente de mucho amor que mi amiguito y yo llegáramos a entendernos.
Y así fue, así paso. Nos entendimos, nos pegamos y comenzamos a querernos y extrañarnos -en el caso de nos estar juntos- de una forma que corroboró que en nuestro caso no sucedería la apatía entre perro y dueño, sino que por el contrario (y muy por el contrario) sería todo completamente opuesto a lo que había imaginado.
Y fue que nos conocimos, nos entendimos, nos quisimos y comenzamos a caminar juntos el camino de compartir felicidad, amor y fidelidad sin perder ningún tiempo extra de este vínculo por cosas externas, que nos alejen o nos distancien en cualquier sentido.
Amo tenerlo a Boro junto a mi, en mi vida. Yo no sabía realmente lo que significaba compartir y entregarse a la vida con un compañero animal, incluyéndolo e involucrándose con Él de verdad y con total honestidad.
Si era esto, no tengo palabras para agradecerlo. Es hermoso. Es lo mejor. Es increíble.
E increíble es también poder hacer (ya sin recelo a que piensen que estoy loco o soy un bobo, o un solitario) una auténtica demostración de lo que este tipo de vínculos deja a las personas que lo viven.
Ni loco, ni bobo, ni solitario; sino una persona que además, o mejor dicho por sobre todo, tiene un perro. Algo fabuloso para el corazón, el alma y la vida toda.

sábado, 27 de abril de 2013

A punto de salir.

Boro tiene de tres a cuatro salidas diarias en su día normal.
Siempre son todas de unos 20 minutos aproximadamente, o un poquito más si se da; pero hay una, la del atardecer, la que hacemos después de las 6 pm. generalmente, que es la larga en la cual caminamos más y vamos a alguna plaza o parque y permanecemos allí más de 1 hora.
Toda esta introducción ya conocida por quienes siguen este blog o las publicaciones que comparto en mis redes sociales fue para terminar diciendo que en la foto pueden vernos justo saliendo para alguna de esas bajadas (bajadas porque vivimos en un depto. alto y no en casa de planta baja) que hacemos diariamente.
Felices los dos, aunque Boro además de felicidad se nota que tiene apuro ya que no se despega de la puerta hasta que sale finalmente a la calle.
Como fin de esta entrada les digo, como tantas veces otra vez, que quiero muchísimo a Boro y es tan lindo tenerlo en mi vida que estando junto a Él, y a todo lo bueno y transparente que Él me representa, no puedo menos que ser feliz y tener esa cara de bobo, producto de la chochera que me produce mi adorable perrito. Lo adoro.

viernes, 26 de abril de 2013

Prestancia.

Ahí está. Digno del porte y de la elegancia que lo distinguen y caracterizan, y que vienen a sellar la belleza que posee tanto interior como exteriormente.
Lo amo porque supo hacerme entender que todo en la vida es vano sino se lo pasa por el tamiz de la simpleza y la bondad.
¿Que un perro me hizo entender tales ideas o saberes? Sí, porque no se enseña sólo con escuela,  universidad, libro, y maestro o profesor; sino que es a través del compartir de un vínculo puro y alejado de toda la contaminación que ofrece el mundo ordinario y común que también se puede experimentar y aprender a ser mejores personas y mejores seres vivos, básicamente.
Por eso, ahí está, ahí lo ven. A su modo, un poquito de todo lo bueno que expresa con su vida y su imagen mi Boro se plasma en algo de lo bueno que tengo y soy yo también; de todo aquello que fui mejorando en mi vida en pos de ser mejor ya que de tanta belleza integral no podía no hacerse foco en mi persona algo de ella, contagiándome de tal prestancia y mansedumbre.

jueves, 25 de abril de 2013

Un poquito de pasto al menos.

A no ser que esté muy apurado en la última bajada del día, aquella que le hago a mi Boro por la noche luego de comer y antes de ir a dormir, vengo con Él hasta este descanso, a la vera de la avenida, en plena ciudad, para que pueda estar en contacto -aunque sea por breves minutos- con un poco de pasto, es decir con lo verde, lo natural; que tan alejado lo tiene en el departamento donde vivimos y pasa gran parte del día, si bien tiene sus tres o cuatro salidas diarias y nunca menos que eso, incluida la de la tarde/noche que es la larga y donde, como ya he comentado una decena de veces, vamos hasta alguna plaza para que Él efectivamente entre en contacto con el entorno natural.
El caso es que como les decía, si no sucede que tengo mucho apuro en esa salida por tal o cual motivo, o llueve, o hace mucho, mucho frío, hasta acá nos llegamos y mientras el huele, husmea y da algunas pataditas sobre el pasto después de hacer algún pis por allí, yo lo espero sentado en uno de los varios bancos que están al margen de la zona verde, de la fuente, o en frente de todo ese espacio.
Otra costumbre nuestra que compartimos ya que como tal no podía dejar de quedar plasmada en éste, nuestro blog.
Así somos, después de todo, animales de costumbre. Y a mucha honra.

miércoles, 24 de abril de 2013

Siempre a mis pies.

Siempre allí, y no precisamente como un símbolo de servidumbre o esclavitud de Él hacia mi sino como un reflejo de la fidelidad, el amor y el cariño que me profesa y nos profesamos mutuamente desde el día que comenzamos a compartir el camino de nuestras vidas haciendo de este tramo del mismo un brillante y hermoso momento plagado de felicidad y dicha, de esas que emocionan y alimentan el alma transformándonos en los seres más felices y haciéndonos adquirir la sabiduría que nos hace entendernos a cada uno a su manera y según las situaciones y momentos que interactuamos entre los dos, llenando nuestros corazones de la más inmensa y bella armonía de no necesitar de nada más que de nosotros mismos para ser plenos e íntegros.

martes, 23 de abril de 2013

Quizás.

Quizás se deje hacer cualquier cosa o quizás le guste realmente sentirse tapadito y más protegido y amado de esta forma.


Será por esto que lo amo tanto.
Mi dulce Boro. Dulzura y ternura total, las 24 horas del día, los 365 días del año.
Fabuloso.

lunes, 22 de abril de 2013

No es una sensación, es un estado continuo.

Mi vida junto a Boro, es decir todos los momentos que paso junto a Él -muchos de los cuales reflejo en este blog- es un conjunto de emociones que podría resumir en la más completa y contundente denominación que encuentro para nombrarla, que es la de Felicidad.
Sí, absolutamente. Es ésta, a mi entender, la más certera forma que puedo encontrar para llamar a nuestro compartir diario, desde ambas partes, y para demostrarles en que redunda nuestra vida de amigos y compañeros.
Nuestras caras, más o menos fotográficas según el caso (no importa de todos modos), demuestran que es eso lo que nos inunda en los momentos que compartimos juntos Boro y yo: felicidad.
La más hermosa y auténtica felicidad que algunos tenemos la gracia de vivir todos los días, en un estado continuo.

domingo, 21 de abril de 2013

El día que nos agarró el agua en plena salida.

Boro y yo, como he dicho algunas veces en las entradas de este blog, debemos salir a la calle, ya se por paseos o por bajadas express en las cuales Toto hace sus necesidades, todos los días y al menos tres veces en diferentes momentos de la jornada.
En ocasiones como la que retrata esta foto, nos agarra el agua. Sí, lisa y llanamente, nos toma desprevenidos algún aguacero de esos que no nos permiten hacer otra cosa que refugiarnos bajo un alero, un balcón o un toldo que encontremos cercano; y como suelo capturar diversos momentos de nuestra vida diaria para compartirlos con todos ustedes es que ha surgido la foto que acompaña esta publicación en uno de esos momentos en donde el clima nos sorprendía sin mayores equipamientos para enfrentar, en ese caso, a la lluvia.

sábado, 20 de abril de 2013

Descanso en una plaza de MDQ durante el último fin de semana largo.

El rey, mi rey Boro, en una plaza de nuestra amada ciudad de Mar del Plata; la Plaza del Agua para ser más precisos, descansando mientras Fer y yo hacíamos lo mismo después de muchas, pero muchas cuadras de caminata en tren de paseo en el último fin de semana largo de fines de marzo principios de abril, en donde anduvimos por allí y tuvimos para disfrutar de unos 6 días que fueron excelentes y en los cuales nos cansamos de andar, andar y seguir andando; con días de playa inclusive.
Una remake del verano que hacía un par de meses habíamos vivido en esa misma ciudad. Todo hermoso como Él, como mi rey Boro, por supuesto.

viernes, 19 de abril de 2013

Nos entendemos taaanto.

Tanto nos conocemos y entendemos en nuestras salidas y costumbres cotidianas con lo que hacemos o dejamos de hacer en ellas, que es un ejemplo de esto el hecho de que si Boro mientras estamos abandonando el parque rumbo a casa se sube a un banco de plaza (de esos finitos con 2 maderas como asiento en los que de sentarse solo se caería para uno u otro lado) y me mira, basta para que yo me de cuenta de lo que me está diciendo y quiere hacer en ese momento y, acto seguido, deba sentarme y contenerlo con mis manos y/o piernas para que pueda permanecer allí sentado junto a mi, por supuesto, y sin caerse al piso. Como les decía, es que nos entendemos taaanto.

jueves, 18 de abril de 2013

Nada más que agregar.

No siempre hay algo que hacer
en la plaza en la que nos encontremos
y por tal motivo el permanecer sentados,
descansando, y quizás algo aburridos porque no,
es una de las opciones que solemos poner en práctica
en dichos momentos. Nada más que agregar.
Esto es todo.

miércoles, 17 de abril de 2013

Siempre hay que bajar. Every day.

Sean días lindos, feos, soleados, nublados, lluviosos, o como sea que se presenten, Boro debe bajar de su casa, un departamento en donde más que vivir y estar plácidamente mucho más no puede hacer, cada día; siempre.
Por eso si bien Él baja gustoso a hacer sus necesidades, en días con tormenta lo hace más apurada y expeditivamente porque no le gusta mucho mojarse con el agua de lluvia, y los días que está así -como se ve en la foto- ni bien mengua la caída (de agua) salimos a hacer todo lo más rápido posible antes de que vuelva de nuevo un chaparrón.

martes, 16 de abril de 2013

lunes, 15 de abril de 2013

viernes, 12 de abril de 2013

La foto. Sale cuando sale, retrate a quien retrate.

Boro y yo caminamos, entre una cosa y otra, varias cuadras al día, distribuido su recorrido en las diferentes salidas que llevamos a cabo.
En esas salidas aparecen las fotos, o mejor dicho, de esas salidas surgen las foto que ustedes pueden ver que publico a diario, aunque no son sólo eso, debido a que siempre todas van acompañadas (generalmente) por un texto que es más que una leyenda que las presenta y las explica, sino que además de esto es un relato que las complementa y refuerza dándole una estructura más amplia y completa a las entradas de blog en las cuales aparecen.
Tal es el caso que en esta foto estamos en una de esas bajadas, una corta estimo, esperando cruzar una esquina del barrio y por eso mientras esperábamos surgió la foto, con transeúnte incluido detrás de Boro, porque como les venía diciendo desde el título de esta publicación, la foto sale cuando sale, retrate a quien retrate.

jueves, 11 de abril de 2013

In the night.

Podrá oscurecer pero a Boro no se le escapa ni una. Alerta como con la luz del sol, sigue siempre.
Acá, en esta foto, al que se le escapó la noción de darse cuenta que las luces de los faroles de la plaza iban a reflejar mi mano y mi BlackBerry fue a mi; y por este motivo se ve la sombra de ambas sobre el cuerpo y la cara de Boro.
Y bueno amigos, después de todo es algo amateur esto del blog y las fotos y las leyendas que lo integran.
Amateur repito, pero con todo mi cariño y toda mi pasión de entregarles lo mejor de mi vida junto a Él, junto a mi dulce Toto.


lunes, 8 de abril de 2013

Esos Stops.

Acá pueden verlo en una de esas paradas que hacemos a cargar combustible o comprar algunas provisiones durante un viaje, mientras aprovecha a bajar para hacer lo que quiera y estirarse un poco.
Son paradas muy breves, por eso ni el pretal de seguridad que es parte del cinturón (de seguridad) canino que tiene le sacamos.
Y ahí estaba. Esperando con la mirada en dirección hacia la estación de servicio, a que quien faltaba subir al auto salga de allí, para poder continuar el viaje.

domingo, 7 de abril de 2013

Amigos espontáneos.

Boro suele hacerse de amigos fugaces en sus estadías en la playa, siempre; y nuestro último viaje de fin de semana largo no fue la excepción.
Su amabilidad y su belleza le permiten el acercamiento a las personas, y una vez que está con ellas y al corroborar, por parte de quienes lo reciben en sus carpas o junto a sus reposeras, la bondad que mi Toto posee y transmite a los que se le acercan o a los que Él lo hace (animales y/o humanos) ya nadie quiere dejarlo ir, y es así que Él termina deambulando un tiempo con cada uno, yendo de aquí para allá, por un vasto sector de la playa en la cual nos encontremos y recibiendo y dando cariño.
A veces esos amigos que Él solito se hace terminan entablando trato con nosotros ya que finalmente, y ante tanto elogio que nos hacen por nuestro perro, uno termina hablando con la gente y muchas veces, como nos ha pasado en más de una oportunidad, conociendo lindas personas y manteniendo un vínculo más o menos constante luego, según el caso.

sábado, 6 de abril de 2013

Somos constantes.

Mi Boro y yo somos recurrentes en paseos y visitas al parque. En primer lugar porque después de todo no nos queda otra, y luego porque en algún momento del día tenemos que hacer esa salida larga que nos lleve hasta alguno de estos lugares abiertos y verdes, dónde Él puede correr, disfrutar del espacio natural y distraerse haciendo lo que se le antoje.
También somos reiterativos en tomarnos fotos. Mejor dicho -hablaré con propiedad y sin metáforas risueñas en este momento- el reiterativo soy yo y en todo caso Él cae en la volteada (en la fotografía) y por tal motivo lo incluyo, como suelo hacerlo generalmente, en todas las decisiones que llevo adelante; pero queda claro que, obviamente, el reiterativo en este aspecto soy yo. Pura y exclusivamente yo.
En fin, el tema es que somos repetitivos en estas dos cosas, sí; y como son cosas buenas que no molestan a nadie y que además a nosotros nos hacen bien y nos gustan, seguiremos siéndolo porque no hay inconveniente alguno en ello.
Acá, en la imagen, y fundamentando nuestra repetición, se nos puede ver reiterando los paseos y las fotos. Hasta la próxima entrada, amigos.

viernes, 5 de abril de 2013

Por el barrio.

Acá, en la foto, bajada de vereda; definitivamente.
Son las bajadas express que hacemos durante el día aquellas en las que por ser sólo bajadas de vereda, es decir sin plaza ni pasto, Él va a su tiempo, oliendo e inspeccionando todo lo que encuentra a su paso.
En las otras, una al día en realidad, en las que va a la plaza, el andar y caminar hacia ella es más expeditivo y, porque yo así se lo hago saber, mi Boro suele caminar más de prisa y sin mucha demora.

jueves, 4 de abril de 2013

Manos al cepillo. La sesión de peluquería.

Le encanta que le cepille el manto. Por eso quizás su pelaje sea tan brillante y suave, a pesar de los pocos baños, pero no por eso pocos cepillados, que le hago y que se reflejan en la entrada Una intimidad. Nuestras rutinas., publicada a principio de este año, en la cual entre otras cosas comento en detalle el tema de los aseos que le realizo a mi Boro.
Es su turno de peluquería al aire libre el que retraté en esta foto que pueden ver, ya que estas pequeñas cosas que hacen a la vida más privada de todos los días de Boro, considero que también pueden ser reflejadas en ésta, su web.
Bueno amigos, los dejo; y ¡manos al cepillo!, que Boro inicia (iniciaba en ese momento de la foto, mejor dicho) su sesión de peluquería canina.

miércoles, 3 de abril de 2013

Boro, mi Boro.

Cada día que pasa siento que toda esa unión que vamos fortaleciendo con mi perrito es algo sumamente importante en mi vida y creo que quien no haya contemplado jamás la idea de acercarse a un compañero de vida animal está desperdiciando las bondades que este tipo de vida compartida y asociada con ellos depara para quien decide llevarla a cabo.
Boro, el que ustedes ven a diario en mis entradas de blog, es un sol que tengo en la vida y esto se da así desde el momento en el que yo accedí a permitirme dejar fluir esta relación que se establece entre Él y yo.
No sucedía lo mismo antes, cuando yo seguía con la postura innata de los seres humanos de creerse "superiores" a los seres que no sean de su misma especie, y fue sólo cuando me relajé y dejé ser verdaderamente, cuando las cosas cambiaron su curso y tomaron otro camino entre nosotros dos.
Ahí, en la igualdad de condiciones dentro del vínculo diario, en ese lugar donde no tiene que haber una diferencia de jerarquías impuesta, fue donde descubrí y me maravillé de haberme encontrado dentro de la insuperable experiencia de saberme acompañado, esperado, amado y cuidado en todo momento por mi animal, por mi Boro. (Aclaro que si bien digo que no debe haber una diferencia de jerarquías entre un perro y su compañero humano, hablo desde la suerte de privilegios y derechos que le correspondan a cada uno en el vínculo privado y familiar, no descartando la "jerarquía necesaria" de ser el humano quien alimenta, cuida y se hace cargo del animal y sólo por este motivo el animal en cuestión debe responder a la educación dispensada por éste; pero salvando este motivo no hay otra superioridad 'de vida' entre unos u otros, ya que ambos requieren de comidas, baños, sociabilización, movimiento y fundamentalmente, amor diario.)
Por todo esto amigos, mi Boro y yo vivimos nuestro día a día de una manera hermosa e igualitaria en la que nada, salvo lo comentado en el párrafo anterior, hace que exista una superioridad de uno por encima del otro.
"Boro, mi Boro" digo yo. Y Él podría decir "Facu, mi Facu". Esto refleja el vínculo igualitario entre Él y yo.

martes, 2 de abril de 2013

Ratitos.

Tirados en el piso, por ejemplo. A nosotros nos hace bien, nos gusta estar allí. Son pequeños momentos que vistos desde afuera pueden pasar por breves descansos y nada más que eso, pero que son para nosotros grandes emociones y cuotas de nuestro compartir que vamos sumando a nuestra vida; y compartiendo en este caso con todos y todas ustedes.
Somos seres simples, eso somos básicamente y en esa simplicidad fortalecemos cada día nuestro vínculo.
Un vínculo que no hace mal a nadie y que en primer lugar nos hace bien a nosotros para luego poder hacer bien a los demás, ya que estoy seguro que este amor y esta felicidad que implican en mi vida compartir parte de mi camino con un animal y en la de Él compartir el suyo con un humano, deben traspasar nuestro vínculo y entorno para salir y beneficiar a los demás, o al menos a algunos otros.
Eso creo, eso deseo. Lo espero realmente y como todo lo bueno, se dé o no se dé, es bueno (valga la redundancia); por tal motivo lo seguiré creyendo para que de tanto hacerlo, así sea finalmente.
Un ratito entonces, nuestro ratito, de compartir nada y todo; eso que está pero que no se ve, que se respira y que aunque no se vea, y quizás sea por esto que no todos pueden reparar y disfrutar de él, es increíblemente beneficioso para nuestra vida y para la de todos y todas quienes pueden hacerlo.

lunes, 1 de abril de 2013

Nunca me va a abandonar.

Boro no puede pasar demasiado tiempo alejado de mi, en el real sentido de la palabra.
Aquí, en esta foto por ejemplo, se lo puede ver subiendo al banco en el cual me encontraba sentado mientras Él jugaba y andaba por el parque, para estar a mi lado, simplemente para eso.
Y digo que simplemente para eso ya que en ese momento de la foto hacía poco tiempo que habíamos llegado al parque y por este motivo cansado no estaba, además había algunos perros por el lugar (que ya habían interactuado con Él), pero que fiel a su cariñoso vínculo conmigo se ve que no le resultaron tan interesantes como para dejarme "olvidado" tanto tiempo. Jeje! ¡Es un dulce! ¡Un dulce y un cariñoso total! ¡Absoluto!