viernes, 19 de abril de 2013

Nos entendemos taaanto.

Tanto nos conocemos y entendemos en nuestras salidas y costumbres cotidianas con lo que hacemos o dejamos de hacer en ellas, que es un ejemplo de esto el hecho de que si Boro mientras estamos abandonando el parque rumbo a casa se sube a un banco de plaza (de esos finitos con 2 maderas como asiento en los que de sentarse solo se caería para uno u otro lado) y me mira, basta para que yo me de cuenta de lo que me está diciendo y quiere hacer en ese momento y, acto seguido, deba sentarme y contenerlo con mis manos y/o piernas para que pueda permanecer allí sentado junto a mi, por supuesto, y sin caerse al piso. Como les decía, es que nos entendemos taaanto.

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