lunes, 22 de abril de 2013

No es una sensación, es un estado continuo.

Mi vida junto a Boro, es decir todos los momentos que paso junto a Él -muchos de los cuales reflejo en este blog- es un conjunto de emociones que podría resumir en la más completa y contundente denominación que encuentro para nombrarla, que es la de Felicidad.
Sí, absolutamente. Es ésta, a mi entender, la más certera forma que puedo encontrar para llamar a nuestro compartir diario, desde ambas partes, y para demostrarles en que redunda nuestra vida de amigos y compañeros.
Nuestras caras, más o menos fotográficas según el caso (no importa de todos modos), demuestran que es eso lo que nos inunda en los momentos que compartimos juntos Boro y yo: felicidad.
La más hermosa y auténtica felicidad que algunos tenemos la gracia de vivir todos los días, en un estado continuo.

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