domingo, 7 de abril de 2013

Amigos espontáneos.

Boro suele hacerse de amigos fugaces en sus estadías en la playa, siempre; y nuestro último viaje de fin de semana largo no fue la excepción.
Su amabilidad y su belleza le permiten el acercamiento a las personas, y una vez que está con ellas y al corroborar, por parte de quienes lo reciben en sus carpas o junto a sus reposeras, la bondad que mi Toto posee y transmite a los que se le acercan o a los que Él lo hace (animales y/o humanos) ya nadie quiere dejarlo ir, y es así que Él termina deambulando un tiempo con cada uno, yendo de aquí para allá, por un vasto sector de la playa en la cual nos encontremos y recibiendo y dando cariño.
A veces esos amigos que Él solito se hace terminan entablando trato con nosotros ya que finalmente, y ante tanto elogio que nos hacen por nuestro perro, uno termina hablando con la gente y muchas veces, como nos ha pasado en más de una oportunidad, conociendo lindas personas y manteniendo un vínculo más o menos constante luego, según el caso.

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