jueves, 2 de agosto de 2012

Lo agradezco.

Agradezco tener un perro como Boro que me sigue a todos lados, está pendiente de mi y vive para mi.
Quizás suene algo egocéntrico, no sé..., puede ser; pero en este caso sería un egocentrismo que aparece desde el amor y desde lo que ambos sentimos, el uno por el otro, desde que comenzamos a interactuar viviendo juntos y compartiendo la vida de todos los días.
Yo sé que mi Boro es absolutamente feliz estando junto a mi, lo puedo asegurar. Se le nota en su expresión, en su andar, en su forma de enfrentar las cosas cada día; en todo. Él es un perro feliz y yo una persona feliz, también.
Hay algo que además soy, y es agradecido, y por eso expreso este agradecimiento en cuanto tengo la oportunidad de hacerlo para que todos sepan que este obsequio que me hizo la vida a través de mis ganas primero, y de mi decisión después, de compartir mis días junto a un animal no humano es algo que deberé seguir agradeciendo siempre por lo importante y trascendental que resulta en mi vida.

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