jueves, 11 de agosto de 2011

Seguimos incorporando códigos, día a día.

A medida que mi perro va creciendo, cada vez no vamos entendiendo más y más. Y yo creí que llegado un punto de su vida (y la mía) ya iba a estar todo aprehendido entre nosotros dos pero no, de vez en cuando y cada tanto, me encuentro comprobando que en algún aspecto ya tenemos cierto “código” y nos comprendemos y movemos  siempre de la misma manera. En muchas cosas, claro. Pero para ejemplo basta comentarles dos casos bien diferentes uno del otro.
El primero es el siguiente. Cuando vamos caminando por la calle (vereda) Boro es un Srito. Inglés o un Sr. Perrito Inglés mejor dicho, ya que va muy campante, siempre pendiente de mí y haciendo caso a cada directiva que yo le dé en el momento indicado. Pero hay momentos en nuestra caminata en los que él se queda parado mirándome y yo puedo caminar si quisiera más de media cuadra que él va a seguir estando en el lugar quieto y mirándome. Bueno, eso es una primera muestra del código que nosotros tenemos y que con el tiempo fui entendiendo que siempre se daría de la misma manera entre el y yo.
Lo que quiere decirme Boro con este “quedarse parado mirándome fijo y no avanzar” es que hay una botella y que la quiere agarrar. Entonces cuando me doy cuenta de que él se quedó en esa espera y lo veo, le digo: “Agarrá la botellita” (sic) y recién ahí la recoge y avanza para ponerse a la par mía y reanudar su marcha.
Esto también es un ejemplo de lo obediente y educado que es Toto ya que espera mi permiso hasta para agarrar una botella que encuentra en el piso, que como ya sabrán quienes leen mi blog cada tanto, es uno de sus juguetes favoritos.
Ahora, el segundo ejemplo.
Boro come 2 veces al día. Entre las 11 AM y la 1 PM en primer lugar y entre las 8 PM y las 10 PM finalmente.
El caso es que yo le ponía su alimento balanceado, lo llamaba y hasta que no lo comía no lo dejaba tranquilo, porque tampoco le iba a dejar disponible todo el día el alimento para que lo coma cuando a él se le antoje, ya que todos los dueños, y quienes entienden, de perros sabrán que el can tienen que tener dentro de su estructura organizativa del tiempo para hacer las cosas, un tiempo (que será siempre el mismo) para comer; otro para salir a la calle a hacer sus deposiciones (en el caso de vivir en departamento como Boro), otro para ir a jugar a la plaza o jugar y hacerse mimos con su/s dueño/s, etc.
Bueno, el código entre nosotros (es éste uno de los últimos que se han dado entre él y yo) es que yo le pongo el alimento dentro de ese rango horario y él va a comerlo cuando lo desea pero ya no cuando se lo impongo yo, evitando de esta manera un momento traumático tanto para él que seguramente padecería de mis órdenes y para mí, que recuerdo que me ponía nervioso pensando “este perro no quiere comer!!!”. Y siempre termina comiéndolo dentro de ese tiempo en el que él ya sabe que lo tiene a su disposición.

Como verán vamos incorporando códigos o mensajes implícitos que ambos comprendemos y es esto una muestra de la afinidad y entendimiento mutuo que vamos desarrollando cada día incentivado por el amor y el respeto mutuo que nos tenemos y que hacen de nosotros dos  2 grandes compañeros que viven a pleno su vínculo “Amo-Mascota”.

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