viernes, 4 de marzo de 2016

Mi Boro positivo ─ Mi polo positivo.

Boro y yo tenemos nuestros momentos de tensión, como sucede en todas las familias, por supuesto. Pero estos momentos, a diferencia de los que se dan entre los humanos, son fugaces instantes en los cuales, básicamente yo, por supuesto, expreso alguna frustración mía obtenida en el trato con otros de mi especie, la humana, injustamente sobre Él.
A decir verdad Él jamas tiene una cuota agresiva o de tensión hacia mí, jamás, nunca. Así que debo reformar el comienzo de este relato y decir, ahora sí, que Boro y yo experimentamos en nuestro vínculo alguna que otra tensión, producto de necedades mías y de nadie más.
¡Qué bárbaro que haya querido comenzar esta enterada de blog incluyéndonos a los dos en una forma de ser tan miserable y propia de los seres humanos! ¡Que bárbaro! Afortunadamente pude darme cuenta a tiempo y modificar la idea, dejando la inicial y no borrando nada para expresarme fiel y sinceramente como lo hago siempre en este blog que sólo trata del amor y de la dicha de compartir mi vida junto a Él.
En definitiva, mi Toto es un remedio para todo eso feo y bajo/rastrero que suelo mostrar y expresar, producto de mi esencia básicamente humana, que me ayuda a modificarme constantemente, creciendo y pudiendo ser mejor persona gracias al vínculo que nos une y nos bendice.
Ya lo he dicho alguna vez pero vale repetirlo porque la idea es muy positiva: deseo fervientemente que todas las personas alguna vez, en algún momento de su vida, puedan experimentar la gracia y la enorme felicidad de compartir su vida junto a un animal. Realmente lo deseo, y se lo deseo a todos.
Ya lo ven, una entrada que apuntaba hacia otro lugar terminó modificándose y hablando de algo absolutamente diferente, y es que así suele pasar todo en mi vida junto a Boro: todo lo negativo, como en este caso era el hecho de hablar de las tensiones en nuestro vínculo, se transforma en algo absolutamente luminoso y positivo como termina siendo el deseo de que todas las personas puedan experimentar el amor de compartir la vida junto a un animal en algún momento de sus vidas, valga la redundancia.
Les deseo una vida feliz, junto a un animal, entonces, a todos. Tan feliz como la mía y como lo que representa en mi existencia tener a mi perro a mi lado, siempre, bien cerquita mío.

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