lunes, 20 de febrero de 2012

Reflexión y agradecimiento.

Compartimos muchas cosas a diario con Boro, mi perro, y cada cosa de esas que vamos compartiendo a la vez nos van uniendo un poco más; si es que se puede seguir avanzando en la unión de un vínculo tan grosso y conformado como el que existe entre mi mascota y yo.
El hecho es que cada vez que me pongo a pensar en todas las cosas que el destino nos va poniendo por delante y que atravesamos juntos desde ese día, allá por el mes de abril del año 2008 en que Él llegó a mi casa y a mi vida, siento que es tanto y tan importante todo lo vivido, que en ese momento todo cobra una mayor relevancia.
Me hace muy bien tener un perro. Me hace muy bien tener a Boro. Con el tiempo, nuestra relación fue adaptándose al temperamento y forma de ser de cada uno, y yo que en más de una oportunidad pensé que nunca iba a llegar a "entenderme" con mi labrador, puedo decir que el tiempo fue demostrándome que justamente era necesario de su correr y de su transcurso en el camino que estábamos comenzando a transitar y forjar juntos, para que las cosas se amoldaran y llegáramos a comprendernos desde ambas partes.
Hoy, a casi 4 años de su llegada mi casa, me siento tan feliz de compartir mis días junto a él; porque sencillamente eso es nuestra relación: compartir momentos y pasarlo lo mejor posible.
Muchas veces encuentro en Boro un refugio ante la maldad que veo o que me roza, según los diferentes momentos y contextos de mi vida. Él siempre es refugio, repito, ante esa miseria humana que es la maldad y que no existe en ellos, los animales. 
Otras, me hace de aguante en momentos en los que sólo necesito que Él esté a mi lado. Y por supuesto ahí está Boro, siempre.
Otras veces, y en retribución a todo lo que sé y siento que Él me da a diario (aunque en ese momento no tenga todas las energías y ganas del mundo), me tiro con Él al suelo de casa y jugamos un poco, lo abrazo, le tiro alguno de sus chiches para que lo vaya a buscar y me lo traiga o jugamos bruto como le gusta; y lo hago sólo porque lo veo tan feliz con ese simple juego que le hago que eso ya me colma de energías (de las mejores) y me alegra y me levanta de cualquier cansancio o falta de entusiasmo que pueda tener.
Es así, lo amo tanto que me encanta tener este blog donde Él es el exclusivo protagonista y donde yo puedo volcar todo mi amor y agradecimiento a esta vida tan pura, fiel y hermosa que tengo a mi lado siempre y me ayuda a ser, cada día, un poquito más Feliz.

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