lunes, 27 de febrero de 2012

Seguro, me gana.

Son muchas cosas las que podría decir de mi Boro: como compañero, el mejor; como mascota, óptima; como amigo, el más fiel; y así seguir en una lista muy extensa y siempre acertada, y podría extenderme en la adjetivación de cada una de ellas pudiendo seguir con la lista de los sustantivos que significan su presencia a mi lado. Todo esto lo compruebo (sin necesidad de tener que hacerlo, obvio) en cada cosa que vivimos juntos. Ya sea una salida a hacer sus necesidades básicas, en un paseo de los estipulados y que nos llevan varias horas de estar compartiendo e interactuando fuera casa y con diferentes personas que se nos acercan (se le acercan) a tocarlo, saludarlo, mimarlo y demás; o en la simple convivencia que se da entre Él y yo, puertas adentro, cada día en nuestra casa.
Siempre, absolutamente siempre, me deja una experiencia positiva y gratificante este intercambio de momentos que se da entre nosotros.
Por eso, cada día es una nueva experiencia y un nuevo regalo que la vida nos hace tanto a Él como a mi y que se da desde que nos encontramos y nos elegimos mutuamente allá por fines de marzo, principios de abril de 2008.
Siempre suelo decir que soy feliz y que no es para menos con todo lo que vivo a diario junto a Boro, pero esta vez voy a terminar mi entrada diciendo que SOMOS FELICES LOS DOS ya que estaría contando la historia a medias si me quedara sólo con mi parte y no lo incluyera a Él en este sentimiento que sé que se da de ambos lados y nos envuelve constantemente. Es más, a veces siento que seguramente el amor que Boro siente por mi sobrepasa todo nivel de explicación y que aunque yo crea amarlo con la mayor intensidad que se pueda, Él me gana. Y sí, estoy seguro que debe ser así, algo que por otro lado, y como reza la frase de Konrad Lorenz que dice: "El hecho simple de que mi perro me quiere más que yo a él constituye una realidad tan innegable que, cada vez que pienso en ella, me avergüenzo", a veces me pasa ya que esto habla de la pureza y perfección de ellos, los animales, con respecto a nosotros. Pero bueno, afortunados de nosotros que los podemos tener a nuestro lado. Y sí, sin lugar a dudas; seguro, Él me gana
.

No hay comentarios: