viernes, 30 de marzo de 2012

Sumé a Boro a mi vida como compañía, y para dejar de estar solo.

Muchas veces pienso que estamos viviendo junto a Boro un tiempo de buenos momentos y lindas sensaciones que a todo el mundo le haría bien sentir y vivir.
Todo lo que resulta de la experiencia de compartir junto a mi perro, de emociones y sensaciones, es algo que me llega al corazón y se traduce en buena energía para mi vida.
Yo no tengo hijos y supe desde el primer momento en que incorporé a Boro a mi vida que aunque quisiera lidiar contra el cliché de estimar a la mascota como a parte de la familia, iba a caer finalmente y de forma conciente en ese lugar ya que además de todo eso yo traje a Boro a mi casa para que sea una compañía. Para dejar de estar solo.
Es así que entonces tengo en Boro a un hijo, salvando las distancias, un hijo perro, nada más y nada menos que eso; que sólo desea estar junto a mi y darme su cariño el mayor tiempo que sea posible.
Lo amo cada día más y soy muy afortunado de poder estar compartiendo gran parte (en horas hablo) de mi día (diariamente) con Él.
Lo quiero. Lo quiero. Lo quiero. Este blog es prueba de ello.
Antes, quizás me hubiese dado pudor demostrar tanto amor hacia una mascota pero como ha pasado mucha agua bajo el puente, en la actualidad, me brota expresarlo y compartirlo en éste blog naturalmente, ya que repito que el mismo fue creado como prueba de mi amor por Él. Sí, por Él, pero también es de Él y para Él.
¿SE NOTA MI AMOR POR MI PERRO? Bueno, si la respuesta es afirmativa sólo puedo agregar que me encanta que así sea.


No hay comentarios: