Nosotros seremos siempre uno para el otro, desde sus respectivos lugares, claro está, pero siempre complementando cada uno la vida del otro y haciéndola más agradable, feliz y hermosa.
La Felicidad ha tocado a mi puerta desde el día en que mi compañero de vida Boro llegó a mi casa.
La FELICIDAD "con mayúsculas".
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