martes, 11 de diciembre de 2012

La más hermosa, ideal y recomendable experiencia de vida.

Cada día que vivo junto a Boro es una fiesta para Él y para mí. Los dos somos extremadamente felices en tenernos el uno al otro y eso lo puedo sentir y ver en cada cosa que hacemos juntos; ya sea desde un simple paseo para que Él haga su pis, hasta en un viaje o en alguna situación no cotidiana que nos toque vivir, juntos; como todo lo que cada uno vive que es en su casi totalidad, el uno junto al otro.
Yo se que le he dado el lugar que muchos compañeros de un animal no humano le dan al mismo, pero también sé que la diferencia es que yo lo comento, lo comparto y lo muestro diariamente en este blog, y como si esto fuera poco; con el puente de mis redes sociales; Facebook y Twitter.
Boro se ha ganado ese lugar que yo le he otorgado en mi vida, de todas maneras, y con creces; ya que jamás imaginé, y realmente lo digo, que un perrito vendría a cambiar el color de mis días de una forma tan radical y absoluta como ocurrió con su llegada.
Felicidad, en el mayor sentido de la palabra, es lo que representa, significa y viene a ser Boro en mi ser. Felicidad y Amor que son dos cosas que van unidas en su naturaleza ya que una no podría existir ni hacerse presente -en uno- sin la otra.
Por lo tanto, ese Amor grande, puro, fiel y perfecto que parte de mi perro, como seguramente parte de cada animal que convive con el resto de las personas que viven su vida junto a uno de cualquier especie, es lo mejor que pude incorporar a mi vida; aún sin saber en un primer momento que se iría dando de esa manera y que terminaría por llenarme y colmar mi existencia una vez llevado a cabo este encuentro.
Y ahí aparece la Felicidad, nuevamente, intrínsecamente unida al Amor recién mencionado, y siendo la que permite sentir y disfrutar emocionalmente a este Amor, que viene a hacer de mis días una experiencia sencillamente hermosa, ideal y recomendable para toda persona de este mundo.

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