martes, 18 de diciembre de 2012

Tengo.

Tengo una vida que, gracias a las bondades que posee mi perro y que generosamente traslada a mi ser, es plena en el sentido más sencillo y por eso más importante de la palabra.
He descubierto, luego de la llegada de Boro a mis días, que son las cosas puras y basadas en el amor puro y desinteresado las que a uno mejor lo templan y predisponen para la vida de todos los días.
Y sí, yo tengo la suerte, entendiendo por suerte la gracia y maravilla, de tener la compañía constante e incondicional de un animal no humano en mi vida, un ser de luz y amor que emociona y mejora constantemente mi existencia.

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