Es un duque, un Sr. Perro, va a mi lado, en la ciudad que sea donde nos encontremos, caminando y respetando a rajatabla las premisas inculcadas por mi y aprendidas por Él, de que a la calle se baja sólo para cruzar y que el lugar para moverse es la vereda.
Cosas como éstas, verlo desempeñarse tan bien y relajadamente junto a mi, me pueden, realmente me pueden.
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