lunes, 2 de julio de 2012

Hace mucho tiempo ya.

Con el tiempo, como generalmente sucede con todo lo que afrontamos o vivimos en nuestra vida, me he acostumbrado a la presencia de Boro a mi lado. Y ese "acostumbrado" no está usado como sinónimo de aceptación o de algo que finalmente después de tanto vivirlo a diario ha decantado en la aceptación fruto de no quedar otra alternativa, sino como el más bello sinónimo de que aquello que ya desde el comienzo de nuestro vínculo empezó siendo un placentero y encantador compartir, al día de hoy se ha vuelto, por la costumbre sí, y agrego por la hermosa costumbre, un motivo vital de necesitada y familiar compañía en mi existencia.
Todo, absolutamente todo lo que tiene que ver con Él, con mi Boro, me está resultando desde hace un par de años de imperiosa necesidad.
Me ama y lo amo y es una hermosa costumbre que ya lleva cuatro años y un par de meses ésta que tan bien nos hace y tanto disfrutamos los dos.

No hay comentarios: