Mi perro necesita de mi para vivir.
Literalmente.
Y eso es quizás lo que yo buscaba
desde un comienzo,
sin saberlo,
y en quien sólo podía encontrar
esa necesidad imperiosa
basada -además del sustento diario-
en el amor y la fidelidad absolutos,
era en un compañero animal no humano
que afortunadamente
terminó siendo en mi vida,
mi estimado, querido y hermoso
Boro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario