jueves, 28 de junio de 2012

Fin de juego abrupto.

Estando en la plaza con mi Boro, mientras lo veía y escuchaba jugar con un par de perros, en un momento que desvío la mirada para pelar uno de los varios chupetines con chicle que saboreo mientras estoy ahí con Él (para pasar el tiempo), y en eso escucho el ladrido de dolor o sorpresa (inconfundible sonido para mi) de mi perro.
Resulta que entre esos perros con los que jugaba muy entretenidamente había una hembra y bueno, debo reconocer que mi Toto es un Latin Lover de la primera hora y ante el hecho de encontrarse con perritas intenta ejercer su accionar de macho si es que ellas andan cercanas al período del celo, y entonces en esta conquista que llevaba a cabo mi amigo, parece que la cansó a su seducida y ésta puso fin a tanta cortesía recibida tirando un ataque para sacárselo de encima.
Jeje! En este tipo de entuerto no me aflijo ni me preocupo o molesto (una vez que puedo darme cuenta de que no ha pasado nada más que ese fugaz encontronazo que es cosa de breves segundos) y sigo con lo mío y a otra cosa.
Así fue que Boro se vino a sentar a mi lado en el banco de plaza, como lo ven en la foto, y todo terminó abruptamente en este atardecer de juegos en la plaza.
Final de la historia.

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