miércoles, 19 de junio de 2013

Beleza não tem fim.

Encuentro en mi compañero de vida animal una belleza infinita que se expande más allá de lo que pueda verse en su interior y en su exterior, y que inunda cada aspecto de su vida y de la mía que soy el afortunado compañero de camino en este tiempo, en el que los dos nos hemos encontrado para caminarlo juntos y felices.
Boro viene a ocupar ese lugar tan oportuno y brillante de mi vida que es el que sólo se llena y alimenta diariamente con todo lo que tiene que ver con la sencillez y con la bondad, con la ternura y con la pureza, con el amor y con la ponderación. Todas cosas que parten de Él y que por tiempo y experiencia compartida ya parten también de mi, gracias a su ejemplo que es sólo luz y positivismo; todas cosas buenas.
Yo, como imaginarán, no entro en mi cuerpo de la dicha que me conmueve cada día saberme tan afortunado, tan increíblemente afortunado, y ya no por tenerlo a Él y por todo lo que acabo de contarles que viene a significar en mi vida mi amigo Boro sino porque puedo darme cuenta de ello, valorarlo y sentirme inmerso en este canal de dicha que me contiene y me hace ser feliz.
Nada más. Con esto me basta. Y no es poca cosa todo lo que siento y vivo. Y ahora sí se da perfectamente para que comprendan el porque de esa idea de que "no entro en mi cuerpo de la dicha que me conmueve cada día saberme tan afortunado".
Pero una imagen vale más que mil palabras. Entonces ¿por qué todo esto? POR ÉL (haciendo alusión a la foto que ilustra esta entrada).

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