martes, 4 de junio de 2013

Lo tiene.

Tiene un berretín con los canastos, cajas, y demás pertenencias que sacan a la calle y a la vereda las personas que trabajan en los supermercados chinos del barrio; tanto que no puede dejar de acercarse y oler e investigar todos y cada uno de ellos cada vez que pase frente a algún establecimiento de este estilo y encuentre algún objeto de este tipo.
Antes, alguna que otra vez, pudo haber marcado (léase meado [léase a su vez orinado]) el lugar y objeto en cuestión, pero ahora, y luego de haberle hecho entender que no había motivo para provocar de gusto el hecho de que algún chino saliera enojado después de pescarlo en tal empresa urinaria, entendió y sólo se acerca, huele, y continúa su camino junto a mi.
En fin, un adorable, hermoso y obediente perro. Todo Él. Y todo lo que hace y tiene que ver con su vida y su forma de ser.

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